¿Joyas o Chocolates?

Siempre le dije que no me gustaban los osos de peluche, las flores o los chocolates como regalos de San Valentín, aniversario o cumpleaños pues consideraba que los peluches son infantiles, las flores se marchitan en 3 días y los chocolates se devoran en un par de horas, en mi mente tenía la vana idea de que algo menos perecedero era más valioso.

En mi cumpleaños número 23 él llegó con una tarjeta de felicitaciones que tenía mariposas en la portada y letras en color dorado, esta era la acompañante de una pequeña caja verde con un lazo marrón sutilmente colocado a su izquierda, él me miró y sonrió, por supuesto de inmediato tome la tarjeta y leí lo que estaba escrito en ella: hermosas palabras que apretaron mi corazón, luego de esta emoción sujete la caja y la agité varias veces con la incertidumbre de qué podía contener, sorpresa!!!! Eran chocolates de la nueva edición navideña de Hershey`s envueltos en un papel púrpura brillante, me preguntarás ¿Qué sentiste en ese momento si siempre le dijiste que no te gustaban ese tipo de regalos? La respuesta es “GANAS” ganas de abrazarlo, de morderlo, de besarlo, de decirle lo dulce que era y de expresarle que nunca me habían regalado chocolates y me encantaban.

Esa relación contradictora entre mente y corazón es algo que nos pasa al 101% de las mujeres, lo gracioso es que no percibimos que es así. Nos gustan aquellos regalos que nuestra mente califica de valiosos ya sea por su valor económico o por su riqueza visual, un ejemplo de ello son las joyas, nuestros ojos se engrandecen al verlas pues son tan femeninas y deseables, también está el caso de los perfumes y carteras, cada uno de aquellos objetos que cumpla con una de nuestras “necesidades”, si esto es así entonces ¿Por qué nos emocionamos al recibir rosas, chocolates y tarjetas? La respuesta que lo doy a esta sensación es la siguiente: El corazón de una mujer se llena con elementos simples en los que se cuiden los detalles y se dé una atmósfera romántica.

No olvidemos que la mercadotecnia ha ayudado a aumentar esta percepción, vemos películas, leemos libros y escuchamos historias de amor que evidentemente han sido elaboradas para satisfacer la necesidad de sentir romanticismo en todas las relaciones de pareja. Sea esta la razón o no, es bien sabido que necesitamos de esos pequeños detalles que hacen que el amor crezca y permanezcan las “GANAS” de abrazarlo, de morderlo, de besarlo y de decirle cuanto te ha encantado... entonces… ¿Joyas o chocolates?

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